El ruido del tráfico y su relación con la hipertensión

 

El ruido del tráfico provoca hipertensión, según un nuevo estudio

Una investigación halló que el ruido del tráfico tiene un efecto negativo sobre la presión arterial, que aumenta con la contaminación del aire.

Los ruidos de la carretera, como los motores en marcha o las sirenas, pueden provocar hipertensión, según un estudio publicado en la revista especializada JACC: Advances.

Los investigadores encontraron que incluso si se eliminan de la ecuación los efectos de la polución del aire que causan los coches en la salud, existe una relación muy fuerte entre el sonido del tráfico y la hipertensión.

Para su estudio, los científicos analizaron datos de más de 240 mil personas durante un lapso de tiempo de unos 8 años, y se fijaron en quiénes desarrollaron la enfermedad según su residencia.

Vieron que no solo había relación entre la cercanía al tráfico, sino que también la “cantidad” de ruido que recibían tenía un efecto sobre su probabilidad de desarrollar hipertensión.

Además, confirmaron que los altos niveles de polución del aire también aumentan el riesgo de sufrirla.

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Según los investigadores, los resultados pueden servir para impulsar medidas de salud pública, ya que demuestran que el ruido del tráfico tiene un efecto negativo sobre la presión arterial.

Según los investigadores, las personas que viven en zonas donde el ruido generado por el tráfico supera los 60 decibelios tienen un cuatro por ciento más de probabilidades de morir que la gente que vive en zonas más tranquilas.

El ruido agrava la hipertensión, los problemas de sueño o estrés, que son los factores de riesgo conocidos de las enfermedades cardiovasculares.

Los adultos que viven cerca de carreteras muy ruidosas durante el día tienen también un cinco por ciento más de probabilidades de ser hospitalizados por un AVC, aunque en las personas mayores el riesgo aumenta un nueve por ciento.

En cambio, en la noche, en las zonas ruidosas sólo las personas mayores presentan un riesgo mayor de AVC, del orden del cinco por ciento.

Según el doctor Jaan Halonen, de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, que coordinó los trabajos, este estudio es el primero que establece una relación entre el ruido y los AVC en el Reino Unido.

Su resultado “viene a sumarse a la cantidad creciente de datos que sugieren que una reducción de los ruidos generados por el tráfico podría beneficiar a nuestra salud”, agrega.

Los investigadores reconocen, no obstante, que además del ruido, factores como la obesidad, el sedentarismo, la hipertesnión y la diabetes desempeñan un papel importante en las enfermedades cardiovasculares.

“Este estudio no demuestra que el ruido cause enfermedades cardiovasculares, pero es coherente con otros que muestran que aumenta la hipertensión y puede contribuir también a su desarrollo”, según el doctor Tim Chico, un consultor de cardiología de la universidad de Sheffield, quien recuerda que el riesgo es “muy inferior” al asociado al tabaco, la obesidad y el sedentarismo.

 

Con información de EFE

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