Para adquirir conocimiento, dependemos de la memoria. Las escuelas y universidades no están preparando a los estudiantes con las habilidades que demanda el mundo laboral actual. Esta brecha de preparación no solo limita el desarrollo individual, sino también el progreso socioeconómico. En respuesta, muchas instituciones han centrado sus esfuerzos en fomentar el pensamiento crítico, la creatividad, la comunicación y la colaboración —las llamadas “habilidades del siglo XXI”—. Sin embargo, un ingrediente esencial suele quedar fuera: el conocimiento. Y para adquirir conocimiento, dependemos de la memoria. Contra la creencia común…
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