Empresario non, por Andrés González Arias.
Empresario de los grandes fue Juan Arturo “El Pollo” Torres Landa, acaecido ayer a los 76 años de edad.
En Querétaro abrió camino como empresario, como desarrollador inmobiliario, como hotelero. Suyos fueron los primeros desarrollos habitacionales, Jurica primero y Juriquilla después y que a los queretanos “nos parecían demasiado lejos“. non, non, non, non, non
Y por esto también fue visionario.
Amigo de gobernadores, tanto de Querétaro como de Guanajuato y deotros estados; fue también amigo de figuras del toreo así de México como de España y, en fin, de artistas renombrados y de boxeadores campeones del mundo.
Cuando en una ocasión se reunió con un grupo de periodistas – siempre, en su quehacer como empresario, como promotor o como político, era noticia – le hicieron esta pregunta:
– Oye Pollo, ¿En tu vida cual ha sido tu mejor inversión?
Sin mucho pensarlo y sin titubeo alguno respondió:
– Mi mejor inversión es hacer amigos.
Y los tuvo en todos los estratos sociales. Sabía convivir – y ayudar – con las familias en estado vulnerable; amigo de fuertes hombres de negocios; con promotores de similitud de figuras del toreo… bueno, con todos.
Y escogió Querétaro para desarrollarse.
Hijo de Juan José Torres Landa, gobernador de Guanajuato – 1961,1967 – escogió por esos años a esta ciudad para vivir, para estar cerca de su padre que vivía en San José Iturbide.
“Era un soñador”, dicen los que lo conocieron de cerca, y casi todos sus sueños, sus anhelos y proyectos, los cumplió en vida.
También en la política fue vertical, fiel a sus principios perteneciendo al mismo partido que hiciera gobernador a su padre, el Partido Revolucionario Institucional. Admiraba a Benito Juárez.
“Padre ejemplar, esposo amoroso y amigo incomparable” así lo etiquetaban amigos de la familia.
Con Juan Germán, uno de sus hermanos, cumplió uno de sus muchos sueños: el de construir una plaza de toros, la de Provincia Juriquilla, “la plaza más bonita del mundo” le llamaban muchos toreros, entre ellos el gran José Tomás.
Y a lo largo de los años, por ahí desfilaron las grandes figuras del toreo nacional, mundial.
Su muerte se dio ayer a los 76 años de edad, cuando el día comenzaba. Rodeado de los suyos, de su esposa Lupita Urquiza de Torres Landa, de sus hijos María Luisa, Juan Andrés y Juan Arturo, de parte de sus once nietos, expiró a eso de las seis de la mañana.
Y en el ruedo de sus amores, la Plaza de Toros Juriquilla, ayer y cuando comenzaba a caer la tarde, fue objeto de un sentido adiós. Ahí mismo fue la misa de cuerpo presente.
En uno de los muros que dan al ruedo, en la plaza de sus sueños, de tantas y tantas tardes gloriosas que vivió al lado de grandes figuras del toreo, colgaba una enorme manta con la leyenda
“La cita es en el cielo, Pollo”.
Allá nos vemos.
Andrés González Arias
Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.
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