Reflexiones críticas en torno a la Cuatro T
El Jicote, Por: Edmundo González Llaca
Martes 1 de julio de 2025
Seguimos con el análisis del libro: “Populismo y polarización”. (Coordinadores: Fernando Ayala Blanco y Salvador Mora. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM. 2025). Su texto lo gloso con mis particulares observaciones y ejemplos.
Escriben: “La gran función del político es la siguiente: crear imágenes, situaciones donde la gente pueda descansar de la desgarradora realidad”. La figura del Presidente en turno, debe concentrar en su ´personalidad los valores y los ideales de una sociedad, que reconoce en la figura presidencial como todo lo “deseable” en un líder. El problema es que esos elementos simbólicos que utilizó López Obrador, no se aplican en el perfil de la Presidenta, a pesar del esfuerzo de sus propagandistas, y es la primera causa de la crisis de la narrativa del gobierno y de Morena.
López Obrador utilizaba, según investigación de los académicos universitarios, muchos elementos religiosos. El más claro ejemplo es el nombre del Movimiento, “Morena”, como la Virgen de Guadalupe. Obviamente esos elementos religiosos no son utilizables por la Sheinbaum. En un acto desesperado por medrar de la religión la Presidenta se puso una falda con la estampa de la Virgen de Guadalupe. Un absurdo, aunque participe en la peregrinación de Querétaro a la catedral, nadie le va a creer su fervor guadalupano.
En las ceremonias políticas López Obrador utilizaba elementos de nuestra cultura prehispánica, ejemplo, las “limpias”, imposible que los quiera imitar la Presidenta que, además de profesar la religión judía, hace ostentación de su formación científica.
López Obrador destacaba la fuerza de su convicción para imponerse a todas las acechanzas y obstáculos que se le imponían. Motivación que tampoco puede utilizar la Sheinbaum, porque en su carrera política todo se le ha dado peladito y en la boca.
Tampoco se puede justificar el resentimiento y el odio, que impulsaba López Obrador entre Fifís y Chairos, que tenía como principal resorte motivador, el origen popular de López Obrador; más de una vez enfatizó su vida estudiantil paupérrima. Este origen desamparado y pobre le daba autoridad para exigir que sean: “Primero los Pobres”. La diferencia de origen social de la Presidenta, le cancela el derecho al resentimiento y el deseo de venganza.
En una estrategia desesperada la Presidenta ha decidido montarse en la imagen creada por el propio López Obrador, de humildad (sólo traía doscientos pesos en la cartera) de austeridad. Otro fracaso. No hay propaganda ni estrategia de comunicación que pueda ser persuasiva si va en sentido contrario a la realidad.
La divulgación de un retiro presidencial rodeado de guaruras, viajes en aviones privados, instalaciones médicas, esas sí como Dinamarca; familiares vinculados a actos de trapacería; funcionarios de gobierno viajando en helicóptero, practicando un turismo de lujo. Todo desmiente la supuesta severidad republicana de la Cuatro T.
La otra estrategia, la encarnación de López Obrador en la pureza y la honestidad ha sido derribada con las denuncias de corrupción y deshonestidad de sus proyectos. La Sheinbaum ha tratado de compensar esta cruzada contra la corrupción con mandamientos de austeridad, rutinariamente violados. Recientemente se descubrieron departamentos de Secretarios de Estado que no son propiamente habitaciones de interés social; imperan el boato y las excentricidades gastronómicas de sus funcionarios.
Parafraseando, éramos mucho y parió la abuela, podemos afirmar, el cuerpo del sexenio anterior está cubierto de la gangrena de la corrupción y aparece otra nueva pústula. Es una infección que no parece terminar nunca y el gobierno parece impotente para aclarar. Con otra agravante, no se puede decir que se ignoraba. que no se tenía identificado el lago de pus. López Obrador, cuando denunciaba a los anteriores presidentes, argumentaba: “Un Presidente lo sabe todo de las acciones de su gobierno y de lo que hacen sus funcionarios; el Presidente es el mejor informado de todo el país”.
Su hipótesis para condenar a los ex presidentes, con las denuncias a su Jefe de Oficina, se le revierten, dirían en mi rancho, el ex presidente: “O mataba la vaca o le agarraba la pata”. El golpe noquea a Romo y al mismo tiempo a López Obrador.
En esta circunstancia, presumir de esa pureza, ya no es una mentira, sólo puede se puede incurrir en ese atrevimiento, si antes se bebe una pócima con fentanilo y detergente.
Los proyectos emblemáticos del anterior sexenio: el aeropuerto, el tren Maya, la refinería, la farmacioota, las universidades Bienestar, independientemente de los fracasos de los proyectos, es reconocido por el propio gobierno, que han superado hasta tres veces los presupuestos programados. No se necesita ser Sherlock Holmes para sospechar que la ineptitud y la corrupción los han desbordado.
Resumiendo, el libro de los académicos universitarios, exhiben un estilo personal del ex presidente imposible de adoptar por la Sheinbaum. Las nuevas estrategias para crear la nueva imagen a su gobierno han sido también fallidas. La pérdida de confianza, tienen sumida a la Sheinbaum y a Morena en una gran crisis de legitimación y en una falta absoluta de identidad. Sombras erráticas y huérfanas en espera de la voz del amo.
Es la crisis perfecta según la tesis de Gramsci: “Lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer”.
El Jicote, por Edmundo González Llaca.
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